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En el complejo mundo de los servicios públicos y las infraestructuras críticas, las zonas peligrosas son una realidad inevitable. Ya sea una subestación de alta tensión, una zona clasificada ATEX en una planta de gas, o una estación de dosificación de cloro en una instalación de tratamiento de aguas, estos entornos exigen protocolos de seguridad rigurosos, no solo para proteger los activos, sino también para salvaguardar vidas humanas.

Sin embargo, a menudo se pasa por alto el papel que el control de acceso físico puede y debe desempeñar en la mejora de la seguridad.

Tradicionalmente visto como una medida de “seguridad”, centrada en prevenir robos, vandalismo o intrusiones, la gestión de accesos es cada vez más reconocida por los responsables de seguridad y operaciones como una herramienta clave para la salud y la seguridad laboral. Porque en un entorno peligroso, saber quién está en las instalaciones, por qué está allí y si ha recibido autorización, no es solo una cuestión de control operativo, sino una cuestión de vida o muerte.

Cuando el acceso equivale a riesgo

En los servicios públicos y las infraestructuras críticas, existen zonas peligrosas en una amplia gama de segmentos:

  • Generación de energía: zonas de alta tensión, áreas confinadas de turbinas, instalaciones de almacenamiento de combustible;
  • Agua y tratamiento de aguas residuales: salas de cloración, estaciones de manipulación de productos químicos, tanques confinados;
  • Petróleo y gas: entornos ATEX, estaciones de regulación de presión, puntos de inspección de tuberías;
  • Telecomunicaciones y transporte: torres de comunicación, cabinas de señalización, túneles.

Estas no son solo zonas de alta seguridad, sino también zonas de alto riesgo. El mantenimiento, la inspección o la reparación de emergencia en tales áreas implica proximidad física a peligros que van desde gases tóxicos y atmósferas explosivas hasta electricidad de alto voltaje y maquinaria en movimiento.

Lo que hace que estos escenarios sean aún más desafiantes es que a menudo es necesario el acceso de personal externo, contratistas, técnicos de campo e inspectores, que pueden no estar completamente familiarizados con el sitio o sus riesgos específicos.

Donde la seguridad y el control de acceso chocan

La responsabilidad de restringir el acceso a las áreas peligrosas solo al personal calificado recae en gran medida en los responsables de seguridad, protección y operaciones.

Considere estos escenarios reales:

  • Un técnico sube a una torre de comunicaciones para revisar una señal luminosa, sin una orden de trabajo válida ni una evaluación de riesgos actualizada;
  • Un subcontratista entra en una zona con atmósfera inflamable sin las herramientas o formación certificadas ATEX apropiadas;
  • Un trabajador de mantenimiento accede solo a una sala de tratamiento de cloro, sin supervisión ni sistema de alerta.

En cada caso, el control de acceso debe hacer cumplir quién puede entrar, cuándo, bajo qué condiciones y con qué cualificaciones. Sin embargo, muchos sitios siguen confiando en procesos manuales y obsoletos. Las autorizaciones no se actualizan en tiempo real, las entradas no se monitorizan y los incidentes, a menudo, se abordan después de que ocurren en lugar de prevenirlos.

El papel de la gestión digital de accesos en zonas peligrosas

El control de acceso digital es la piedra angular de la transformación del sector de servicios públicos hacia la Industria 6.0, donde convergen la automatización, la inteligencia y la seguridad.

A diferencia de los sistemas mecánicos, las soluciones electrónicas de control de acceso, como las cerraduras inteligentes y el software de gestión de accesos, proporcionan un control detallado sobre quién puede entrar en áreas específicas, cuándo y bajo qué condiciones de seguridad.

Estos sistemas van más allá de la seguridad básica y contribuyen activamente para llevar a cabo operaciones seguras, conformes y eficientes.

Así es como lo hacen:

  1. Solo puede entrar el personal cualificado. Gracias a la integración fluida de sistemas, solo el personal formado o certificado recibe acceso, según lo determinen los administradores del sistema. Si la certificación ATEX de un contratista ha caducado, el acceso se bloquea automáticamente, sin excepciones;
  2. Acceso vinculado a órdenes de trabajo. Los derechos están asociados a órdenes de trabajo digitales aprobadas. ¿No hay aprobación para el trabajo? No hay entrada. Esto garantiza que todas las tareas se programen, evalúen y autoricen;
  3. Trazabilidad completa. Cada intento de acceso se registra, permitiendo la supervisión en tiempo real y el análisis posterior a incidentes, convirtiendo los registros en valiosos datos de seguridad;
  4. Funcionamiento sin conexión en zonas sensibles. En áreas sin red, las cerraduras mecatrónicas funcionan sin conexión. Los derechos de acceso se almacenan en la llave, garantizando la seguridad sin necesidad de conectividad.

Más que simple seguridad: un imperativo de protección

En ISEO, ayudamos a los operadores de infraestructuras críticas a implementar sistemas de acceso diseñados para dar prioridad tanto a la seguridad como a la protección.

Nuestro objetivo es mantener fuera de las zonas peligrosas al personal no cualificado o no autorizado, no solo para prevenir robos, sino para proteger vidas.

Cuando se utiliza como parte de una estrategia de seguridad laboral más amplia, el control de acceso digital permite un mayor cumplimiento, tiempos de respuesta más rápidos y una mayor responsabilidad en todos los sitios. Es un pequeño cambio de mentalidad con un gran impacto en el rendimiento.